La paloma mensajera es un ave de la familia Columbidae. Descendiente de la paloma de roca (Columba livia), también conocida como paloma doméstica.
De entre las 30 especies de palomas que existen, solamente la paloma mensajera es utilizada con fines de competencia entre colombófilos y aunque dentro de las especies de palomas en México hay tres que son migratorias, (dos de ellas de grandes distancias paloma huilota, paloma de ala blanca y una de corta distancia, paloma de collar).
La paloma mensajera aunque no es migratoria es capaz de volar distancias que oscilan desde los 300 hasta los 1100 kilómetros.
Su gran cualidad es que se orienta con relativa facilidad, pudiendo llegar a su palomar (su casa) desde el lugar dónde la suelten. Son atletas innatas que con un buen entrenamiento vuelan 700 kilómetros o más en tan solo 9 a 12 horas.
Algunas teorías de cómo hacen para regresar a su casa son:
- Se orientan por los astros, (estrellas, el sol y la luna).
- Reconocen calles, montañas y aspectos de fisiografía del medio.
- Que se orientan por medio de los rayos ultravioletas del sol, etc.
Ninguna de estos supuestos ha sido probado ni validado científicamente; tampoco existen al día de hoy indicios de que tengan algo de verdad.
Lo actual y más veraz ya con pruebas científicas válidas es la que sostiene que lo hacen al igual que la mariposa Monarca en su migración, relacionando en su cerebro los campos magnéticos de la tierra.
Se ha documentado que cuando hay variaciones en las manchas solares, los campos magnéticos de la tierra sufren alteraciones.
Esto causa que una gran cantidad de palomas en pleno vuelo de competencia lleguen a extraviarse al sufrir desorientación. Se han reportado pérdidas de hasta un 50%.
